miércoles, 8 de noviembre de 2006

MONITOR DE LA ESCUELA DE VELA DE EL CANDADO


Explica su método de trabajo, que se alimenta de una filosofía muy clara: fidelizar a los alumnos con un deporte que les resulta desconocido
JOSÉ ANTONIO GARCÍA-CS/MÁLAGA (Diario Sur)

SUS DATOS Nombre: Juan M. Sánchez Navarrete.
Fecha de nacimiento: 23-4-80 (26 años).
Lugar: Málaga
Estudios: A falta del proyecto fin de carrera para ser ingeniero naval.
Palmarés: Estuvo clasificado algunas temporadas entre los diez mejores regatistas andaluces de optimist. Campeón de la Copa de Andalucía como proel en cadete en 1992.

Juan Sánchez es la persona elegida por el club El Candado para impartir las clases de la recién estrenada escuela de vela, que alberga a 40 niños de 6 a 10 años (categorías prebenjamín, benjamín y alevín) distribuidos en cuatro grupos de diez miembros. Se desarrollan los fines de semana y la temática no excede de la fase de iniciación. El monitor está al frente pues del gran proyecto de la entidad, nacido de un convenio con la Fundación Deportiva del Ayuntamiento de Málaga, que lo integra en su plan de escuelas municipales.

Consciente de la novedad que la vela significa para sus alumnos, neófitos en la materia, asume una filosofía de actuación puramente pedagógica, con un objetivo tan modesto como oportuno si pretende verdaderamente engordar la cantera de este deporte: «Me conformaría con que les acabe gustando la vela». Comprende que aborda una materia sensible, la base, a la que podría influir negativamente si no respeta las reglas básicas de la enseñanza: paciencia y disciplina.

¿Cuál es el método de trabajo a la hora de enfocar la enseñanza de un deporte que se viste con un lenguaje tan técnico?

Pretendo que prime la parte práctica sobre la teórica. Lo considero fundamental para que los niños no se aburran. Ese es el punto de partida. Pero claro, también deben conocer la teoría para tener un comportamiento eficaz y a la vez seguro en el agua. Es verdad que dispongo de poco tiempo, sólo los fines de semana, por lo que el avance apenas se nota. El tiempo tampoco nos permitió salir mucho al agua. Estoy obligado claro a emplear un lenguaje lo más accesible posible para no provocar el alejamiento de los alumnos. Mi método de trabajo entonces es simple, para nada enrevesado. Yo lo que pretendo es que los alumnos asimilen con tranquilidad, sin prisas, todos esos conceptos.

¿Asume el riesgo entonces de que el efecto sea el contrario, que los niños acaben despreciando la vela en vez de apasionarse?

Efectivamente. No debemos perder de vista que la vela representa un mundo nuevo para ellos, que la de El Candado es su primera experiencia. Yo ya había ejercido de monitor en el multideporte, pero es diferente. La experiencia no me vale del todo. En el multideporte los padres alistan a sus hijos sobre todo para que no se aburran y practiquen algún deporte, para aprovechar el tiempo. La escuela de vela es diferente. Aquí están para aprender, lo que me obliga a ser lo más cauteloso posible para que no desprecien por exceso datos y también por su complejidad la materia objeto de conocimiento, la vela, que encima es un deporte muy técnico.
Comprendo que debe trabajar justo en el ecuador: aficionar pero sin aproximarse al otro extremo, el de una enseñanza enfocada a parir regatistas de élite.

Es que es nunca debe ser el objetivo de una escuela municipal. Al menos no lo es en el caso de El Candado. No pasa por ahí. Una escuela, y esa es la filosofía, está para que los alumnos aprendan, no para enfocarles al deporte de élite, ni mucho menos. Ya le digo que es su primera experiencia. Ahora bien, cuando completen el curso, allá por el mes de mayo, ya podrán evaluar, con sus primeros conocimientos, si realmente les gusta o no este deporte. Si la respuesta es positiva, entonces sí tienen la posibilidad de progresar y considerar la vela desde otra perspectiva. Pero ya lo que viene después, esa especialización, escapa de la función de una escuela municipal.

¿Podría resumir entonces su objetivo real?

Mire, me conformaría con que la vela les acabe gustando a mis alumnos tanto como a mí. Y sepa que el anuncio parece simple, pero no es fácil que se convierta en una realidad.

¿Qué fue lo que más le sorprendió de ese primer contacto de los niños con la vela?

En contra de lo que pensé en un principio, existe curiosidad por aprender. Esto es ya un avance muy importante porque existe predisposición, algo fundamental. En este sentido estoy satisfecho. El proceso de aprendizaje, en cualquier caso, es lento por una sencilla razón: desconocen este deporte por completo, como dije. Pero bueno, tiraré de paciencia para ganarme la confianza necesaria para progresar juntos. No quiero acelerar el proceso.

¿Cómo valora esta experiencia de El Candado, rescatada del pasado?

Pienso que es muy positiva a todos los niveles, sobre todo porque, en definitiva, concede la oportunidad de aprender un nuevo deporte. Y ya se sabe que esto es lo más saludable, porque repercute en la formación sana del niño. Claro que la salida al agua es lo más divertido, pero también conviene andarse con precaución y manejar antes algunas reglas básicas de la vela.